Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que compré aceite esencial de lavanda y recuerdo también todas las dudas que me surgieron después.
Sentí incertidumbre y en algún momento hasta estrés porque no sabía muy bien cómo diluirlo, aplicarlo, conservarlo…
Y eso sin contar que en alguna ocasión no compré aceites vegetales de calidad porque pensaba que realmente eran tan buenos como se indicaba en la etiqueta.
Por aquel entonces no había tanta información en internet sobre la aromaterapia, era el año 2008 y mis mayores referencias eran libros que tenía y que empecé a leer cuando compré la lavanda y otros que fui comprando.
Resumiendo, el tema de cómo usar la lavanda no resultó tan sencillo como creía y era algo que me preocupaba.
Pero ahora con tanta información tampoco creo que sea más fácil, porque también hay desinformación y cuando no se tiene experiencia en un tema al final puede crear confusión.
Finalmente conseguí aprovechar los beneficios de usar los aceites esenciales y vegetales.
Descubrí un mundo nuevo que me encantó, la aromaterapia.
Porque poder preparar aceites corporales para cuidar mi piel me parece algo increíble, me encanta ir probando nuevas sinergias, descubrir nuevos aromas, poder cuidar mi piel de manera natural e ir adaptando los aceites corporales a las necesidades del momento.